En la actividad profesional cotidiana, disponer de una termodesinfectadora capaz de eliminar eficazmente la suciedad y desinfectar perfectamente los instrumentos en un único ciclo automático puede ser de verdad la decisión adecuada.
La seguridad de la termodesinfección, al alcance de todos. En su actividad profesional cotidiana, el equipo médico y paramédico necesita manejar repetidamente una gran cantidad de instrumentos y materiales para llevar a cabo el proceso de reacondicionamiento.
Dado que, por definición, gran parte de los instrumentos quirúrgicos son puntiagudos y cortantes, el riesgo de contaminación accidental durante su manipulación en el proceso de lavado y eliminación de los residuos orgánicos e inorgánicos más persistentes es realmente elevado.
Además, las actividades de lavado y desinfección a menudo se efectúan manualmente en lavabos comunes y con instrumentos simples (cepillos, cubetas con líquidos detergentes/desinfectantes, cubetas de ultrasonidos, etc.), de manera que esta actividad resulta poco controlable y repetible y comporta un riesgo adicional.
Por último, toda la zona en la que se efectúan estas operaciones corre el riesgo de transformarse en un área altamente y permanentemente contaminada, dado que al trabajar en un ambiente abierto las salpicaduras, las partículas sólidas y el aerosol pueden extenderse tranquilamente en una zona muy amplia (la mayor parte de las veces sin saberlo).
¿Cuál es entonces la mejor solución?
Equiparse con una termodesinfectadora, que en un único ciclo automático permite eliminar eficazmente la suciedad y desinfectar perfectamente los instrumentos mediante un proceso de lavado a alta temperatura, ejecutado en conformidad con la ISO EN 15883, capaz de reducir la posible presencia de microorganismos en la carga a un nivel de absoluta garantía y compatible con operaciones normalmente efectuadas por personal competente y cualificado.
La ejecución del proceso en un ambiente aislado (con cámara de lavado estanca) limita considerablemente la contaminación ambiental.
Una vez extraídos del dispositivo, los instrumentos podrán ser manipulados por los operadores sanitarios con total seguridad y tranquilidad durante las fases posteriores de envase y esterilización.
Su funcionamiento completamente automático, gestionado electrónicamente con el soporte de sensores de alta precisión, garantiza resultados absolutamente constantes en el tiempo, ciclo tras ciclo, eliminando el «factor humano» y anulando el nivel de riesgo.
En la práctica esto se traduce en un menor estrés para el personal, un mayor confort vinculado a la eliminación de las actividades manuales y un nivel de seguridad global totalmente inalcanzable con otros sistemas.